Fruit Today habló con Juan Peñalver, socio de la firma Procomel, ingeniero agrónomo y un gran conocedor de lo que acontece en el sector del melón.
Frente a una vasta oferta de variedades, la estrategia de ‘El abuelo’ pasa por una línea de sabor diferenciada con tan solo tres de ellas.
¿Sigue la sandía arañando cuota al melón?
Sí, sigue ocurriendo. Tiene una clara explicación, una desde el punto de vista productivo y la otra desde el punto de vista del consumidor.
La primera se explica en términos de rendimiento ya que una hectárea de sandía, dependiendo de la zona, puede dar entre 70 y 75.000 kilos. La de melón produce entre 40 y 42.000 kilos y en La Mancha, con una calidad estándar, se puede llegar a 50.000 kilos. En conclusión, el coste unitario por pieza es siempre más caro para el melón.
Para el consumidor, la sandía es una fruta con sabor uniforme y esto se debe a que con 2 variedades, desde la Fashion a la Style se puede pasar toda la campaña desde Almería a Castilla-La Mancha. Y, a ello, se suma la carencia de pepitas. Hace años que abrir un melón constituye una sorpresa y no siempre agradable. Por otro lado, desde el punto de vista comercial, la sandía es un producto conocido y consumido en Europa cuando hace calor.
¿Qué estimaciones tenemos este año de plantaciones en Murcia?
Como consecuencia de una serie continuada de malas campañas, tendremos una reducción de entre un 15 y un 20 % de superficie en Piel de Sapo, y en melón Galia y Cantaloup, aproximadamente igual.
¿Usted ha sido crítico respecto a la abrumadora cantidad de nuevas variedades que las casas de semillas exponen cada año?
Yo entiendo perfectamente el trabajo de estos profesionales, pero entre todos hemos llevado al sector a un punto en el que el consumidor ya no sabe con lo que se va a encontrar cuando compra un melón. En el Campo de Cartagena, en una misma semana puedes encontrar hasta 10 o 15 variedades, y cada una sabe a lo que sabe.
¿Estamos ante una situación preocupante? ¿Cómo se podría retomar?
A mí personalmente me preocupa- y lo he manifestado públicamente- la gran cantidad de variedades que en conjunto no aportan casi nada. Creo que lo bueno para el sector pasa por contar con dos o tres líneas, no más.
Es una situación complicada, pero desde Procomel lo hemos afrontado como creíamos que debíamos hacerlo. Llegamos a un acuerdo de investigación con una empresa mediana de semillas para cultivar solo tres variedades. Esto significa un gran desembolso, pero un avance grandísimo. Sabemos que hay campos que pueden dar una primera marca y otros una estándar, pero ambas saben a lo mismo. Es la única manera de no confundir al consumidor, que además nos reconoce por la marca. De hecho, nuestro objetivo, en los próximos años, pasa por tener las mismas variedades en Murcia, en Brasil y en Senegal.
Pero esto no es tan fácil de llevar a cabo.
No, por supuesto. Cuando solo se comercializa, se compra y se vende, es una tarea complicada, pero en nuestro caso producimos para nuestro almacén, ensayamos y sabemos lo que nos pide el cliente. Mantenemos una cadena de conocimiento desde el campo hasta el cliente y demandamos al genetista el sabor que necesitamos. El coste de producción de esta semilla es más elevado, pero vale la pena. Preferimos este tipo de agricultura más cara y con menos rendimiento, pero con uniformidad en el sabor. Nuestras variedades duran meses y se plantan tanto en Murcia como en La Mancha. Es nuestro modelo de trabajo porque los programas se diseñan exclusivamente para nosotros.
¿Cómo ha transcurrido la importación desde Senegal en tiempos del confinamiento?
Cuando empezó el estado de alarma aún nos quedaban más de 200 hectáreas de melón y una gran cantidad de sandías. El melón, al principio tuvo problemas de consumo pero se recuperó. La sandía ha sufrido mucho más porque dejaron de venderse cortadas en los supermercados y los restaurantes estaban cerrados. Tuvimos que abandonar una buena parte allí.
En general no tuvimos problemas logísticos y los barcos fueron llegando. En Senegal se decretó el toque de queda pero nuestra gente decidió quedarse hasta final de campaña, lo que les agradecimos profundamente. Inmediatamente que acabó la temporada, tuvieron un avión de regreso.
¿’El Abuelo’ tendrá más nietos?
Por supuesto, la familia crecerá. Ya contamos con proyectos avanzados en melón amarillo, que serán buenos de sabor y reconocidos visualmente por sus puntitas verdes.
¿Qué tal funciona Matisse?
Muy bien. Está dando muy buenos resultados por su sabor y su peculiar aspecto y ya contamos con unos programas muy interesantes para algunos supermercados europeos.
¿Continúa la penetración del Piel de sapo en el mercado europeo?
No con el crecimiento que desearíamos, pero Procomel vende cada año más en Alemania, Inglaterra, Suiza. Es cierto que los calibres son diferentes para cada mercado, pero un melón de unos 2,5 kilos es bien aceptado (calibre 5). No más grandes.