Producida en Castilla-La Mancha, la Cebolla de La Mancha (IGP) se basa en las características de la cebolla tipo Recas, y una calidad que le confiere la zona de producción y las prácticas de cultivo.
La demanda es tan fuerte debido a las características específicas en cuanto a color, tamaño, textura y sabor que la región de Castilla-La Mancha es la zona de producción más importante de España. Representa más de la mitad de la cosecha nacional de cebolla.
El potasio, magnesio y calcio presentes en los suelos de la comarca son la fuente de dulzor característico de la cebolla «Cebolla de la Mancha».