La demanda de productos responsables con el medio ambiente sigue creciendo y la industria alimentaria da respuesta a esta tendencia con nuevos productos y procesos con un menor impacto medioambiental que sus predecesores.
Los ejes de actuación son la reducción de emisiones, la minimización de los materiales de envase, las mejoras en el transporte y en la cadena de suministro, la utilización de fuentes de energía renovables y la reducción del desperdicio alimentario, entre otros.
Desde hace unos años tenemos ejemplos en los lineales de alimentos procesados con este halo de responsabilidad medioambiental superior y, poco a poco, vemos como el sector de las frutas y hortalizas se va incorporando a ello.
Al igual que ocurre con la comunicación de las propiedades saludables y beneficios del consumo de frutas y hortalizas, la comunicación de estas iniciativas ha llegado a nuestro sector más tarde que al resto de categorías. Todo ello, a pesar de lo íntimamente ligada que está la producción agrícola con el respeto del medio ambiente.
Por eso me he animado a hablarles de un par de ejemplos que están llegando a los supermercados británicos.
El primero son las piñas Del Monte Zero del gigante norteamericano, que ya están disponibles en UK y otros mercados, aunque de forma muy limitada por el momento.
Para conseguir que las piñas fueran neutras en carbono se calculó el CO2 absorbido por sus plantaciones en Costa Rica, y se realizaron mejoras en la producción (con mayores desarrollos de los hábitats silvestres, que contribuyen a la biodiversidad); mejoras en la cadena de suministro (el transporte suponía un 40% de las emisiones y han conseguido recortarlas gracias a la modernización de los barcos); y se tuvo muy en cuenta el desperdicio alimentario, consiguiendo que toda la producción llegue al mercado.
Pero sin duda, uno de los aspectos que más ha contribuido a lograr esta piña neutra en carbono ha sido un ambicioso programa de plantaciones que incorporan zonas de conservación y reforestación. Se trata de un bosque de más de 8.000 hectáreas, con unos cinco millones de árboles que sirven para neutralizar las emisiones de los cultivos.
La propia empresa, Del Monte, tiene como objetivo compensar completamente sus emisiones en 2050.
El otro ejemplo viene de una empresa más modesta, también de América del Sur, concretamente de Ecuador. Su producto es el plátano y la empresa es Semvra que trae a nuestro mercado lo que ya está vendiendo en los Estados Unidos: un snack a base de plátanos congelados bañados en chocolate. Los plátanos que utilizan son los que por motivos estéticos no pasan las especificaciones de producto para la exportación. Además de contribuir a reducir la merma, aportan otra dimensión: se posicionan como una alternativa a los helados tradicionales al estar principalmente compuestos por fruta congelada, ser más saludables y estar menos procesados.
No son los primeros productos que tratan de aprovechar este espacio en el mercado, ya tenemos algunas grandes empresas como Unilever o McCain hablando de agricultura regenerativa. Y como ejemplo más local, Puffin Produce, que cultiva en Gales patatas que venden en el gran consumo británico y que están certificadas como medioambientalmente neutrales gracias a una combinación de mejoras en las operaciones y la compra de créditos de carbono. Sin duda vamos a ver muchos más a lo largo del año.