Dos proyectos de envergadura en fruta de hueso representan los nuevos retos de futuro de la firma murciana.
Aunque conocido por ser uno de los gigantes del brócoli, la compañía hace más de 10 años que posee plantaciones propias de frutales, una línea que en los próximos años potenciará.
El más destacado es el de cereza, en el que concurren tres zonas diferentes de producción: en Mequinenza (Zaragoza), la zona de la montaña de Alicante y el área de Jumilla. Con estas tres localizaciones se cubre un calendario que abarca casi 16 semanas. Para su confección, se cuenta con dos establecimientos, uno en Fraga, recientemente adquirido y el otro en Jumilla, a través de su alianza con frutas Toli.
El segundo proyecto está enfocado hacia una reconversión varietal moderna tanto en melocotón como nectarina y paraguayo. Todo ello sin olvidar el albaricoque.
Las zonas de producción donde se pretende incentivar esta reconversión serán en el Campo de Cartagena y en el altiplano. Y una de las categorías que se pretende reforzar es el melocotón amarillo. “Lo curioso del caso es que hubo una etapa de arranques de esta variedad, y ahora hemos vuelto a valorizarla, sobre todo en el mercado nacional, donde pretendemos reforzar nuestra presencia a través de la nueva alianza con Eurobanan para éste y todos los productos”, explica Carlos Doménech, gerente de Agromark.
El volumen global de hueso en esta campaña alcanzará entorno a los ocho millones de kilos, entre los que se incluye la cereza.
Agromark, uno de los operadores más importantes en brócoli en Europa, asegura que “producir fruta de hueso es un mundo muy diferente del hortícola donde el riesgo financiero es importante y la rentabilidad se puede dar o no al cabo de cuatro años. No tiene nada que ver con la producción de hortícolas, pero en Murcia debemos buscar alternativas y nosotros estamos en un proceso de deslocalización debido al problema del agua, con el que, además, se criminaliza al sector agrícola.”
Vorágine del cambio y de la innovación
En la actualidad Agromark maneja 2.000 hectáreas de producción y tiene unos 1.000 trabajadores. El nuevo planteamiento de empresa significa, entre otras cosas, tener mano de obra repartidos por toda España. “Resulta una absoluta locura, pero el dinamismo del sector es tal que no te permite parar.”
Y en esta vorágine del cambio, Agromark ha decidido jugar fuerte haciendo un planteamiento íntegro desde la producción hasta la distribución para ser más competitivos, “y por supuesto acompañados de la última tecnología”, concluye el ejecutivo.