El Consejo Regulador IGP “Cítricos Valencianos” valora como “decepcionante” la primera parte de la campaña.
Tanto el veto ruso, como la competencia desleal de terceros países, y la presión de la gran distribución, han sido fuertes hándicaps para el sector durante este periodo.
Según explica el Director Gerente de IGP “Cítricos Valencianos”, José Enrique Sanz, “a pesar de la merma de producción, la evolución comercial del inicio de la campaña no ha sido la esperada. Aunque en momentos puntuales, sí se han dado buenas cotizaciones, el mercado no ha tenido continuidad”.
En opinión del portavoz de esta entidad, “el 2015 no dejó un buen sabor de boca para en la citricultura valenciana, por la competencia de Egipto, Marruecos o Turquía, que entran en el mercado europeo con escasos controles fitosanitarios y que tienen unos costes de producción ínfimos, por lo que están cometiendo ´´dumping social«”.
Además, el titular de IGP también explicó que “la primera parte de la campaña de naranja y mandarina se caracterizó por una óptima demanda comercial en los mercados internacionales, aunque que durante finales de noviembre y diciembre se produjo una enorme irregularidad en el capítulo de precios y en el número de operaciones comerciales. En el caso del limón, este año los precios han sido buenos para los productores y la demanda es ágil y fluida para este producto en los mercados exteriores”.
Dentro del mismo contexto, José Enrique Sanz señaló también que “el gran reto que tiene actualmente la citricultura valenciana es la consolidación de nuevos mercados de exportación como Canadá, Emiratos Árabes o los mercados asiáticos, que pueden ser perfectamente complementarios al mercado de la Unión Europea”.
“Atendiendo a las cotizaciones en campo, esperamos buenas expectativas comerciales en variedades tardías de naranjas para la segunda parte de la campaña”, apuntó Sanz.