La cooperativa granadina Los Gallombares pasa por momentos de expansión tanto comercial como de cultivo.
Junto a la incorporación de nuevos destinos para su producto, la entidad acaba de inaugurar una moderna instalación que constituye el quinto centro operativo.
Además, la actividad de sus socios sigue en auge y continúa sumando nuevas hectáreas de cultivo. El trabajo está resultando tan frenético que, de momento, la propia junta rectora ha propuesto que no se amplíen las hectáreas en 2017. En la actualidad éstas suponen ya más de 2.000, con una producción de unos siete millones y medio de kilos. En 2017, la previsión pasa por llegar a las 2.400 entre las provincias de Granada, Jaén y Málaga.
“Ha llegado un momento para la reflexión y para ser conscientes de hacia donde nos dirigimos empresarialmente”, explica Francisco Delgado, gerente de la cooperativa.
Por otro lado, las nuevas naves de Vegas del Genil complementan geográficamente a los centros de manufacturado de Ventorros de San José, Montefrío, Loja y Churriana de La Vega. Este espacio de trabajo supone 3.000 m², dos líneas de trabajo y 600 metros dedicados a cámaras frigoríficas y túneles de enfriado, todo ello dotado de la tecnología más vanguardista.
Entre sus cinco centros, en ocho horas de trabajo, se llegan a procesar 130.000 kilos de producto. De esta manera, la cooperativa granadina es la más grande de Europa en espárrago verde.
La mano de obra de un sector como el espárrago es muy intensiva tanto en campo como en almacén por lo que esta actividad se convierte en un bastión de generación de empleo muy importante. La firma llega a emplear directamente a más de 600 personas en plena campaña. En campo, su intensidad laboral asciende a 2.500 empleados.
El producto de Los Gallombares llega a más de 15 países europeos, en el que Alemania figura como el principal receptor. En el continente americano, Canadá presenta importantes perspectivas de crecimiento. Así, los distintos mercados tienen gustos muy diversos respecto a los calibres y mientras que el espárrago fino se consume en España e Italia, y existe una cierta demanda en Suiza, el mediano llega a Alemania, Francia, Italia e Inglaterra y el grueso a Suiza y los países nórdicos.
Además del producto local, la compañía realiza importaciones tanto de espárrago mejicano como peruano, lo que le permite permanecer en los lineales de los supermercados más tiempo. Estas importaciones llegar a suponer un millón y medio de kilos. “En ocasiones el producto mejicano puede suponer un cierto inconveniente para nuestra producción, sobre todo si ésta llega adelantada porque Méjico baja tanto la calidad como los precios a partir de mediados de marzo, y establece, en cierta manera, el precio en el mercado internacional”.