El sistema de manipulado en campo bajo pedido ha sido clave para ZOI.
Cuando idearon su modelo de negocio decidieron que querían hacer las cosas de una forma diferente. Desligarse de lo que es habitual en el sector agrícola bajo plástico, saliéndose de los circuitos habituales del sector (alhóndigas y cooperativas) para comercializar sus propios productos. Tras una visita a sus instalaciones, Fruit Today ha podido constatar que realmente lo han logrado: en su cuarta campaña, el 70% del volumen de ZOI (6 millones de kilos, entre tomate ramo y pimiento California) se vende de forma directa a cuatro grandes cadenas de distribución europeas (dos alemanas y dos inglesas), poniendo de manifiesto que la tendencia de los supermercados a acercarse al origen es ya una realidad palpable (además de rentable). “Somos productores y comercializadores. Tenemos entre el 35-50% de nuestras ventas bajo programas y el resto lo vendemos en el mercado, donde contamos con una cartera de más de 100 clientes activos”, explica Adelina Salinas, socia fundadora de la empresa junto a sus hermanos Paco y Antonio.
Ganarse la confianza de los supermercados y tratar con ellos de forma directa es muy complicado. Exige tener, además de los lógicos estándares de calidad, un estricto control para garantizar los envíos en tiempo y forma. Y en ZOI han superado todo ello convirtiéndose en la primera empresa que obtiene los certificados BRC Food e IFS Food para un invernadero. Su área de producción, que cuenta con un sistema de recogida de aguas pluviales y balsas con capacidad para 120 millones de litros, dispone de una superficie invernada de 55 hectáreas en una misma zona, interconectada a través de un pasillo que da acceso al almacén. Para la recolección, cortan bajo pedido y limpian, confeccionan y flejan las hortalizas en campo, descargándolas en sus instalaciones directamente a través de la ‘arteria’ principal de su estructura invernada. “Todo ello nos permite acortar unos tres días desde que cortamos hasta que llega a destino”, explica Salinas. Este mimo se traduce en una mayor calidad, base de su filosofía: “para nosotros el producto es nuestra imagen, y no especulamos con él”. Entre sus próximos proyectos está duplicar la superficie de cultivo para atender el aumento de la demanda que están experimentando. Un caso de éxito que muestra que es posible hacer agricultura de otra forma.