La campaña de limón se ha desarrollado de forma atípica, como la de la mayor parte de las frutas y hortalizas del país. Una vez más hay que hacer mención a las incidencias meteorológicas: elevadas temperaturas del verano-otoño y las lluvias y bajada de temperaturas en primavera.
Estas circunstancias han hecho que el inicio de la campaña fuese tardío y con una producción más baja de lo habitual, favoreciendo las cotizaciones.
Sin embargo, la demanda en el segundo tramo parece haberse debilitado y como consecuencia también lo han hecho los precios en origen, dejando a los productores con una sensación de incertidumbre de cara a la próxima campaña.
Y es que la prolongación en el tiempo de una inflación elevada está haciendo cada vez más patente la caída del poder adquisitivo del consumidor en el mercado.
La reducción de la oferta no solo está afectando a los precios, sino también a la evolución del comercio exterior, cuyas exportaciones se están resintiendo en los últimos meses por la menor disponibilidad de producto y la ralentización del consumo antes mencionada.
Respecto al balance de 2022/23, a continuación se expone lo más destacado de la campaña.
Cae la oferta global y española
La producción mundial de limón en 2022/23 alcanzará los 9,1 millones de toneladas, lo que representa una reducción del -11,1 % respecto a 2021/22, y el mayor descenso del conjunto de los cítricos en esta campaña.
Los principales productores han sufrido una contracción de su producción a consecuencia de condiciones meteorológicas desfavorables.
Si se analiza la evolución de la oferta global de este cítrico dentro y fuera de la UE, los volúmenes cosechados por los países extracomunitarios ha disminuido un -11,4 %.
Destaca el descenso de rendimientos en Argentina (-19,5 %), EEUU (-19,1 %), Sudáfrica (-12,7 %), Turquía (-12 %) y México (-5,2 %). Solo Chile e Israel han mejorado sus cifras con aumentos del 26,5 % y del 11,1 %, respectivamente.
En concreto, la cosecha en Europa ha sido inferior a las primeras estimaciones con un total de 1,47 millones de toneladas, lo que ha supuesto un -9,6 % menos comparado con 2021/22.
Si bien en Italia ha tenido lugar una cierta recuperación de la producción (+7,2 %) y en Grecia se ha mantenido más estable (+2,0 %), en España la producción ha caído un -16,6 % (1,01 millones de toneladas) a consecuencia de las lluvias durante la floración y la negativa influencia de las mismas en el cuajado de frutos, así como por las posteriores elevadas temperaturas y la sequía que sigue afectando al territorio nacional.
El descenso ha sido más acusado para el limón verna, del -28,9 % con una producción final de 256.500 toneladas, más afectado por las condiciones meteorológicas de la primavera. Mientras que la reducción de la cosecha en el caso del limón fino ha sido menor, del -11,2 % con un total de 754.500 toneladas.