Cricket ha consolidado su línea ecológica, especialmente en mercados como el alemán, donde el consumo bio está muy arraigado. Su peso en la balanza comercial alcanza el 10 % de la facturación de la empresa lorquina, con 250 hectáreas de brócoli y coliflor bio.
“Aunque la demanda de ecológico se mantiene, la inflación ha ralentizado su crecimiento, sobre todo en países donde aún no está totalmente consolidado, como es el caso de España”, explica Antonia Piernas, directora de Marketing y Comunicación. En cambio, mercados con consumo estable como Suiza, Dinamarca, Alemania o los países escandinavos, siguen manteniendo su demanda. “En Cricket seguimos apostando por este segmento para abastecer mercados consolidados”.
Campaña difícil en brócoli
En las últimas semanas, la firma está inmersa en la preparación de la campaña de brásicas de verano. Como especialistas en estos cultivos, cierran el ciclo anual, destinando esta producción principalmente al mercado español y pequeños programas con clientes europeos.
Además, siguen avanzando en sostenibilidad con la ampliación del programa Biodiversity Grow a nuevas fincas. Esta iniciativa impulsa la mejora continua y la reducción progresiva del uso de fitosanitarios, reforzando su compromiso con el medio ambiente.
Cada campaña tiene sus particularidades, y la de este año se cerrará con un ligero descenso de volumen con respecto al año anterior: unas 110.000 toneladas entre brócoli, coliflor, alcachofa, bimi y coles.
Por productos, el balance en brócoli no está siendo bueno. “La principal causa se debe a un % de producto libre fuera de programas, debido a la deslocalización de los últimos dos años un producto con el que se ha especulado y también a la presión que están ejerciendo los mercados. Ya se empieza a notar la recesión de Centroeuropa con presión en los precios”. Solo la campaña repuntó levemente tras las lluvias de marzo, aunque sin poder trasladarlo al mercado por la competencia de países como Italia”. En coliflor, el escenario ha sido muy similar.
Distinto ha sido el caso de la alcachofa, que ha destacado por precios buenos y estables tanto en la variedad Blanca de Tudela, impulsada por la industria, como en la Green Queen, muy demandada por la gran distribución. “Las lluvias han favorecido su desarrollo y esperamos cerrar en mayo con alcachofa de muy buena calidad”.
Kale: frenos a su consolidación
Aunque su peso en la balanza comercial es moderado respecto a productos estrella como el brócoli o la coliflor, el kale representa un segmento estratégico dentro de la especialización en brásicas de Cricket. La empresa lo produce todo el año, al igual que el resto de brásicas -a excepción de la alcachofa-. Actualmente destinan 35 hectáreas a este cultivo, que ha ido ganando presencia en su portfolio progresivamente.
“Detectamos un crecimiento paulatino, especialmente entre los consumidores que buscan opciones saludables para ensaladas, platos cocinados o smoothies”.
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En Reino Unido, Alemania o Estados Unidos, está completamente integrado en la dieta, siendo habitual en guisos, sándwiches o como sustituto de la lechuga. En España “tiene potencial, pero es necesario un enfoque de marketing adecuado que lo acerque al consumidor medio”.
Los frenos más relevantes son la falta de tradición culinaria, el desconocimiento sobre su preparación, su sabor más amargo y la percepción de que se trata de un producto de moda dirigido a un nicho muy específico, enumera. “A esto se suma la distribución irregular en los lineales, lo que ha limitado su consolidación. Para impulsar su consumo sería clave una estrategia de comunicación específica, con recetas y mensajes que lo posicionen como una opción accesible, sabrosa y saludable”.






























































































