La campaña andaluza de cítricos, al igual que la valenciana, no pasa por sus mejores momentos. La incertidumbre económica se apodera de la temporada, sobre todo en naranjas
José Rodríguez, director gerente de SAT Síntesis, explica cómo vive la compañía sevillana esta coyuntura.
Desde su punto de vista, ¿qué factores están influyendo en esta situación de impás o lentitud para la campaña citrícola?
Se da una confluencia de variables: primero, en Andalucía la campaña comenzó con unos veinte días de retraso. A ello se sumó el exceso de producto del hemisferio sur, que llegó con retraso por los problemas portuarios y que confluyó con nuestro inicio. Y por último hay que añadir que el calibre de nuestras Navelinas es pequeño y mediano y chocó con los restos de mercancía sudafricana que también eran pequeños por ser su final de temporada. Un coctel perfecto para que los precios se derrumbaran.
Las naranjas con buen calibre se defienden un poco mejor, pero, en general es una temporada lenta. No hay fluidez en las salidas de almacén y las promociones planificadas se quedan por debajo de las expectativas. Se llega incluso a anular camiones porque la venta no funciona bien.
Existe mucho mal de fondo y la situación de confinamientos en Europa genera muchas incertidumbres. En mandarinas, debido a la escasez, la situación es más benévola, pero en naranjas vivimos un fuerte parón.
¿Se ven atisbos de que los confinamientos europeos pudieran generar una mayor demanda como ya se dio en la etapa más dura?
No, en absoluto, esta vez la situación no ayuda. La población ha perdido el miedo al virus y no tiene intenciones de consumir más vitamina C.
Las fuerzas están descompensadas, el comercio debería traspasar los incrementos del cartón, del transporte y de la madera. Este aumento se ha producido tanto en los almacenes como el campo, donde todos los insumos necesarios para la producción han tenido la misma tendencia alcista.
Todo esto metido en la coctelera de una central de manipulación, traslada al campo un precio inferior. Y si además en el campo, los costes son muy superiores, la situación se complica bastante.
Supongo que también se suma la caótica situación del transporte marítimo.
Efectivamente. Los problemas que se derivan de esta circunstancia están todos los días encima de la mesa. Los retrasos en las llegadas de los buques y la incertidumbre de las salidas son muy habituales. Estamos aprendiendo a coexistir con estas complicaciones.
¿Cómo se asumen estas dificultades logísticas en una compañía muy orientada a la exportación?
Manteniendo un ritmo menor de salidas y corriendo el riesgo de que el pedido se anule o se retrase. Convivimos con un problema de carácter global, cuya solución no está en nuestras manos y del que no tenemos alternativa. Son algunas de las consecuencias de lo que se produjo en los primeros meses de pandemia en las que el tráfico marítimo diario, todavía no ha conseguido recuperar el equilibrio.
En estos momentos los problemas portuarios se evidencian más en los puertos de Estados Unidos, y parece que, en Asia algo se va avanzando.
Efectivamente, en estos momentos lo peor está en América. Estamos sufriendo no solo retrasos, sino un encarecimiento del flete nunca antes visto: de los 5.000 euros de flete hemos llegado a los 12.000. Significa además que, el consumidor, si la mercancía, es muy cara, busca otras alternativas. Entramos en una espiral de débil demanda.
A pesar de estos inconvenientes, personalmente prefiero ver la botella medio llena que medio vacía. Hemos visto cómo las situaciones pueden variar mucho de un año a otro y prefiero pensar que cuando acaben los problemas de transporte, los mercados de China e India tienen muchas bocas que alimentar con nuestros productos.
¿Qué debe suceder para que la campaña tome buen ritmo?
Para que se enderece el rumbo de la Navelina deberían confluir muchas circunstancias: que el clima en destino lo remedie con la llegada de mucho frío, o la otra alternativa es que aquí, en origen, venga una helada o lluvias importantes y la naranja se deteriore porque ya está madura. Solo en esta triste circunstancia se quitarían kilos del mercado. Limpiamos en origen o se consume más en destino. Es triste pero no hay otra circunstancia.
Y debo señalar, con vistas en la futura campaña, que la fuerte sequía que sufre la cuenca hidrográfica del Guadalquivir podría comprometer la campaña de 2022-23.
En términos más particulares, ¿cuáles son las últimas novedades de su compañía?
Hemos realizado una inversión de más de 2,2 millones de euros en una primera fase de infraestructuras en el área de recepción de campo y manipulación. Además, ahora concentramos toda nuestra actividad en un único almacén.