Fruit Today euromagazine entrevistó a Joan Bonany, director de la estación experimental Mas Badia, integrada dentro del sistema operativo IRTA, quien nos habló de la intensificación sostenible, un término aparentemente contradictorio
Nos puede contar, ¿cuándo se crea esta estación?
Fue creada en 1983 como iniciativa del sector productor de las comarcas de Girona con el objetivo de estudiar las necesidades que el sector tiene aquí mismo.
¿Cuáles son sus principales líneas de trabajo en el programa de fruticultura?
Tenemos varias vertientes. Por un lado, se evalúa el material vegetal de variedades de otros programas de mejora del mundo para comprobar si alguna variedad foránea se puede adaptar en la zona, y por otro, desde el IRTA, conjuntamente con Fruit Futur y Plant and Food Research y ASF desarrollamos un programa de mejora propio para manzanas, peras y melocotones.
¿Hasta qué punto es clave la elección de una variedad?
Elegir la variedad adecuada a las condiciones climáticas en las que tú estás establecido es el corazón del negocio. El sector no puede ver esto como una circunstancia lejana sino como algo que le atañe desde dentro y por ello ensayamos con variedades de todo el mundo pero, de forma simultánea, buscamos nuestras propias variedades. Todo ello se realiza en el programa de mejora genética del IRTA, formado por tres socios: el propio IRTA, Plant Food Research y Fruit Futur (a su vez integrada por Actel, Fruits de Ponent, Nufri y la IGP Poma de Girona).
¿Qué rasgos deberá tener una variedad de manzana para que triunfe en el futuro?
Es una respuesta difícil y compleja. De los trabajos y proyectos que existen hoy en día en el mundo, destaca una tendencia importante y es que el producto sea resistente a plagas y enfermedades. Sin embargo, uno de los ejes más clarificadores es el que surgió a raíz del proyecto ISAFRUIT de 2012.
Este proyecto se decanta por una manzana de textura firme, aunque no excesivamente, pero sobre todo crujiente y jugosa, con un dulzor alto y un cierto nivel de acidez, que al mismo tiempo no sea elevado. El paradigma de esta manzana sería la Honey Crispp de USA.
¿Cuáles son las variedades más desarrolladas en estos momentos por Mas Badia?
Contamos con pruebas piloto en tres variedades, una tipo snack, pequeña, roja y muy jugosa. Otra variedad es una manzana cien por cien roja, muy dulce y de textura muy liviana y la última pertenece al tipo de las amarillas. Todas ellas están en una fase bastante avanzada.
¿Cuál será el punto fundamental de desarrollo futuro?
Sin duda, la palabra clave es sostenibilidad, que en muchos casos pasará por intensificar el uso de recursos, el uso de los inputs. Puede parecer un contra sentido, pero existe una corriente a nivel mundial hacia sistemas más sostenibles que en vez de hacerlos más extensos, intensificarán el uso de recursos. Un ejemplo, puede ser el agua, para disminuir la huella hídrica necesitas la tecnología. En Girona, conjuntamente con los productores de manzana se ha desarrollado el sistema GiroReg, que dispone de unos sensores, los datos de los cuales van a la nube y nos permite analizar el gasto de agua. Con ello hemos ahorrado un 25% con esta tecnología.
Otro ejemplo de intensificación de recursos es el de la luz, haciendo formas planas a los árboles, para que sean más fácilmente mecanizables.
La sostenibilidad debe ser económica, ambiental y social
¿Pero Mas Badia también tiene otros objetivos?
Sí, por supuesto, digamos que hay un bloque destinado a la tecnología de cultivo y calidad desde todas las vertientes: sistemas de formación y de poda, regulación de procesos como el cuajado, la claridad, la calidad, la maduración, la replantación y los métodos de riego.
Y entre manos, tenemos un proyecto importante, iniciado con el Consell Catalán de Producción Integrada, que nos servirá para hacer una reflexión de hacia dónde caminará la Producción Integrada en el futuro.