Hace años que el consumo de melón se enfrenta a un cierto descontento por parte del consumidor. El consumidor no encuentra uniformidad en su sabor.
Jordi Valle, ejecutivo de la firma, explica para Fruit Today el secreto de esta uniformidad, así como los nuevos lanzamientos de esta campaña.
Empecemos por lo más novedoso. Está a punto de salir al mercado su porción de melón con jamón. ¿Cree que es el momento social más adecuado para hacerlo?
Es cierto que vivimos una situación delicada, económicamente hablando, pero nuestro planteamiento de compañía va más allá de estos factores. Una empresa moderna debe aportar algo más que la propia venta, hay que dar un servicio y cubrir ciertas necesidades. Nuestro producto está enfocado a esa persona que dispone de poco tiempo y quiere alimentarse de manera saludable.
Contamos con cierta experiencia en esta línea de productos. Lo hicimos durante la Copa Davis con melón y sandía deshidratada y fue un éxito. También tenemos estos productos en cuarta gama y nos funcionan muy bien.
Hacer una marca no es solo vender melón y sandía sino prestar un servicio. Hay que darle al supermercado algo más y cooperar para que el producto triunfe. Por ello, desde hace 3 años tenemos nuestros propios supervisores que van por los supermercados y miran si el producto está bien colocado, refrigerado, etc. o es apto en ese lineal.
¿Se abre un nicho de mercado para los melones pequeños ahora que la seguridad es el caballo de batalla y algunos supermercados han dejado (y otros han vuelto) de cortar?
No tengo ninguna duda de que tanto la demanda de melón como de sandía caminan hacia formatos más pequeños. Y, precisamente, en este segmento es donde radica nuestra novedad. Lanzamos ‘Petit Autor’, para unidades familiares de 1 a 2 personas, con un peso de 1,2 kgs o 1,6 kgs. ‘Petit Autor’ sólo tiene que cumplir un requisito: el sabor. Con este formato de melón, el problema del corte para conseguir una pieza más pequeña ya no tiene razón de ser.
¿Cómo ha transcurrido la campaña de importación desde Brasil en términos de calidad y volúmenes? ¿Sigue siendo interesante Brasil como país productor o existen algunos problemas?
Para nosotros ha sido un año de muy buena calidad. Conocemos muy bien el país porque hemos vivido allí 10 años y tenemos nuestra propia central de confección, que asegura un producto que pasa por una exhaustiva selección y que vuelve a seleccionarse al llegar a España, en la central de Valencia.
El problema brasileño radica en un exceso de oferta. En términos de calidad posiblemente es un buen país para producir; otra cuestión es que el volumen sea comercialmente viable, sobre todo en las calidades que no son Premium.
En cualquier caso, nuestro enfoque empresarial no se basa en este modelo, sino en mantener una marca Premium en el lineal del supermercado.
Ahora que el hemisferio norte parece que controla el coronavirus, la situación en el sur y en países como Brasil parece preocupante.
Sí, ciertamente se registran muchos casos de coronavirus en Natal y Baraunas, y no sabemos cuál puede ser la incidencia en las plantaciones, a pesar de que es una actividad al aire libre.
Algunos profesionales opinan que el descenso de consumo a favor de la sandía se debe al exceso de variedades del melón, que pueden ir cambiando cada 10 días y defraudan al consumidor. ¿Cuál es su valoración?
Nosotros utilizamos durante casi ocho meses la misma semilla en toda la fase de Brasil, de La Mancha e incluso en una parte del periodo murciano.
Llevamos años con este problema, que por un lado marea al agricultor y, por otro, produce descontento en el consumidor. Nuestra filosofía no pasa por ser el mejor melón del mundo: se trata de ser un buen melón en todos los momentos del año. Garantizar ser el mejor melón del mundo es una absoluta quimera, lo que hay que hacer es ser homogéneo durante el máximo tiempo del año.
Creo que melón y sandía tienen dos posicionamientos diferentes. La sandía, con el calor, resulta un producto muy apetecible pero el melón, en términos interanuales, es una fruta que se consume de forma más continuada. Uno de los objetivos de ‘Melón de Autor’ es homogeneizar el producto durante el máximo tiempo posible.