“La producción local propia nos aporta tranquilidad”

Esther sanchez

La situación global en los flujos de frutas y hortalizas pasa por unos momentos de gran complejidad, debido a la carestía de fletes e inestabilidad en las rutas

Las empresas importadoras, como la madrileña Frutas E. Sánchez, están sometidas a los continuos vaivenes del tráfico marítimo, que no ha recuperado la normalidad desde el estallido de la pandemia, y al que ahora se le suman más distorsiones por el boicot a Rusia. “En estos momentos, resulta muy complicado hacer cálculos exactos de las importaciones, mantener una buena estrategia o distinguir la línea entre beneficio y pérdida, que cada vez es más fina. El reto pasa por hacer correctamente los cálculos de importación y producción nacional”, explica Esther Sánchez, directora financiera de la firma.

El grupo empresarial es uno de los mayores proveedores de la distribución española, y cuenta además con producciones propias tanto en Chile (en las regiones VI y VII) como en España, en la comunidad de Aragón, además de importantes líneas de importación desde el país austral. “Nuestro objetivo final siempre ha sido estar presentes en el lineal durante doce meses al año.”

En este sentido, y dadas las circunstancias económicas internacionales y la carestía de los fletes, la directiva se atreve a vaticinar que en los próximos meses puede darse una mayor tendencia al consumo local: “vamos a apreciar cómo los productos de distintos orígenes van a tener que ajustarse mucho para ser lo más competitivos posible. A nosotros, contar con una producción propia de 120 hectáreas en Aragón nos da cierta estabilidad”.

La realidad es que las empresas venían notando cambios desde 2021 hasta que “se ha llegado a una situación de máxima de incertidumbre, agravada por el conflicto bélico en Europa. En pocas semanas, ha habido cambios muy drásticos con un incremento exponencial de los costes y un consumo que cada día disminuye. En este momento, estamos jugando al ajedrez como podemos y debemos ser cautelosos en un momento en que el consumo se retare y la inflación avanza”, argumenta la financiera.

Además, considera que, a pesar de esta distorsión en el consumo, los precios deben repercutirse en los supermercados. “Es la pescadilla que se muerde la cola. Entiendo que el reto de los supermercados se basa en ser los más eficientes, baratos y de mayor variedad, pero, en estos momentos, los operadores trabajamos con márgenes muy justos y como eso no se traslade estará en juego la supervivencia de muchas empresas”.

 La campaña de manzana

Respecto a la campaña de manzana, Sánchez manifiesta que ha sido “complicada, pero a pesar de todo, nuestra marca Qué rica! resiste muy bien los envites del mercado, posiblemente porque es reconocida por el consumidor”.

La compañía madrileña ha hecho una decidida apuesta por la diversificación hacia la gama de exóticos. “Creemos que es primordial aumentar tanto el servicio como la oferta porque depender de uno o varios productos, puede significar un gran riesgo para cualquier compañía.”

Sostenibilidad energética

La instalación de placas solares para el autoconsumo es el primer paso que ha dado Frutas E. Sánchez de su proyecto de eficiencia energética, que de momento supone un ahorro de casi un 25% de la energía total que la central consume. El siguiente desafío pasa por completar un amplio proceso de digitalización que permitirá una mayor agilidad en todos los procesos internos y de la cadena de suministro.

 

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