Los efectos colaterales de la sequía han provocado un incremento de costes de entre un 20-25% y la segunda fase de la campaña, de febrero a mayo, está en entredicho
Desde Fruit Today euromagazine entrevistamos a Juan Marín Bravo, presidente de Proexport y de Eucofel.
La sequía es la protagonista de la campaña, ¿qué le espera al sector?
Este año hemos vuelto a arrancar la campaña al aire libre de brócoli y otros cultivos como coliflor, alcachofa, apio… rozando datos históricos de sequía. Desde que la Confederación Hidrográfica del Segura tiene datos, éste es uno de los más duros. Está siendo muy, muy complicado y en 2018 vamos a entrar en el cuarto año de sequía. Ya en 2016 estábamos al límite por la situación de los pozos, sobre todo en el Campo de Cartagena, pero las lluvias intensas que se dieron entre el 15 y el 20 de noviembre paliaron un poco el problema y se pudo sacar adelante la campaña.
Actualmente la dotación del Trasvase Tajo-Segura está cortada, la Cuenca del Segura está en alerta y solo se da agua para abastecimiento humano. Si no llueve entre finales de año y enero, en la segunda fase de la campaña (desde febrero o marzo) vamos a tener bastantes más dificultades para mantener todos los trasplantes. Se nos agotan los días y los recursos.
Una de las soluciones es deslocalizar cosechas a zonas como el norte de Almería, pero ¿cómo repercute en el balance de gastos?
Sí. La zona del Almanzora (Pulpí, Antas, Vera) es muy importante para las empresas asociadas a Proexport y en los últimos años muchas firmas habían deslocalizado sus fincas allí buscando una nueva fuente de agua, el trasvase del Negratín, pero ese mismo Negratín lleva (a fecha del 26 de octubre), cinco semanas cortado. Esta nueva zona también ha entrado en una situación complicada. En la primera fase de la campaña hemos movido nuestras fincas a zonas más altas e intermedias, y calculamos que hasta enero-febrero (siempre a expensas del clima) tendremos garantizada una cierta normalidad. Habrá producto, más caro, eso sí, debido al incremento de costes derivado de la deslocalización de fincas (hemos tenido que dejar paradas algunas para irnos a otras) con todo lo que ello implica, mover maquinaria, plantas, incremento de costes de transporte… Nos hemos visto obligados a utilizar recursos más caros, con casi toda el agua de riego desalada, sacando agua a baja profundidad en los pozos con el consiguiente incremento de las tarifas. Por todo ello, calculamos que los costes se han incrementado un 20-25%.
¿Ese sobrecoste ha repercutido en los clientes?
De momento no, estamos asumiéndolo nosotros y cumpliendo los programas.
¿Cómo han afectado las altas temperaturas del inicio de campaña a los volúmenes?
En octubre fueron históricas, alcanzando los 33 grados. Habíamos plantado producto pensando en la llegada del frío, pero nos encontramos con que los volúmenes que esperábamos tener en noviembre se adelantaron dos semanas, solapándose las producciones españolas con las de Alemania e Inglaterra, aunque los precios fueron bastante asequibles.
La ventana de producción tiende a alargarse en Holanda y Centroeuropa debido a los inviernos suaves y las nuevas tecnologías como la cogeneración y la energía solar. Un aspecto al que deberemos adaptarnos los productores españoles.
¿Qué se reclama a las Administraciones?
Las medidas más urgentes pasan por el funcionamiento de las desaladoras al 100%, ya que ahora mismo no llegan al 60% de media. La de Torrevieja tiene capacidad para producir 120 Hm3 y solo está produciendo 40 pese a llevar años terminada. La desaladora debe ampliarse Valdentisco y trabajar al máximo. Y una tercera, la de Águilas, que está dando 60 Hm3 de agua al Valle del Guadalentín, debe aumentar su capacidad para llegar a los 70.
No podemos dejar de reivindicar los trasvases y esa agua competitiva y barata que está en el Tajo medio y cerca de la frontera con Portugal. Hoy hay más de 4.500 Hm3 almacenados y no es lógico que la cabecera del Tajo no tenga agua y que se quede cerca de la desembocadura. Hay que recargar la cabecera y seguir trasvasando para que ese mix de agua desalada, pozos subterráneos y trasvases permitan tener un precio asequible del agua de modo que el productor mantenga su competitividad y al cliente final no le cuesten más dinero los productos.