Aumenta el número de consumidores españoles que van al supermercado andando, según un estudio presentado en un foro organizado por la patronal Asedas, en la sede de la Agencia Efe.
El número de consumidores que acude al supermercado a pie ha crecido en la última década diez puntos y se sitúa ya en el 90 %, en contraste con la caída de quienes utilizan su vehículo particular (del 15 al 7 %) y de los que utilizan el transporte público (del 6 al 3 %).
Así se desprende de un estudio sobre movilidad sostenible del Institut Cerdà, presentado este martes en el marco de un foro organizado por la patronal de supermercados Asedas, en la sede de la Agencia Efe, en el que diferentes expertos han situado entre los mayores retos del sector la gestión a nivel logístico del auge del comercio “online” para no contribuir a la contaminación y congestión de las ciudades.
“Si comparamos lo que ocurre hoy con un escenario hipotético en el que los compradores que ahora acuden a pie lo hicieran en su vehículo privado, la conclusión es que gracias al modelo actual se reducen en más de un 80 % las emisiones de gases de efecto invernadero”, ha explicado la responsable del informe, Yolanda Cerdà.
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Amplia red de proximidad en España
Los autores del documento han recordado que en otros países la compra de alimentación se hace habitualmente en coche, ante la inexistencia de una red de tiendas de proximidad tan amplia como la española, y han citado como ejemplo el caso de Estados Unidos.
Además, Yolanda Cerdà ha recordado el importante papel que juegan los aparcamientos de los supermercados, ya que aunque la mayor parte de las veces se pueda ir andando, son necesarios cuando se trata de compras “de carga” con productos más voluminosos y pesados.
“Es otra de las bondades de este modelo, ya que al estar cerca de casa acortas el desplazamiento y por tanto, reduces el ruido, las emisiones y los atascos”, ha razonado.
Precisamente, la venta por internet -que se ha disparado en el sector de la alimentación durante los últimos meses como consecuencia de la pandemia- puede sustituir una parte de esos desplazamientos en coche para hacer compras de carga, aunque los envíos a domicilio presentan desafíos a nivel medioambiental todavía por resolver.
El director general de la patronal de empresas de gran consumo (Aecoc), José María Bonmatí, ha abogado por la posibilidad de desarrollar la entrega en taquillas como una alternativa viable.
“En un entorno de teletrabajo ha sido más fácil atender los pedidos, pero cumplir las horquillas horarias que la gente quiere -porque el resto del día está trabajando y no se encuentra en casa- no es nada fácil”, ha argumentado.
“Hay que atender a las dos movilidades, la física y la ‘online’, porque lo que vemos es que hay un consumidor mixto y a veces prefiere la compra física y otras veces la hace por internet”, ha indicado por su parte el director general de Asedas, Ignacio García Magarzo.
La España vaciada, el reto
El responsable de la entidad -que agrupa a Mercadona, DIA y a una cadena de supermercados regionales- ha insistido en que todavía queda camino por recorrer para que el comercio electrónico sea una actividad sostenible también en términos económicos y que llegue a todo el territorio, incluido a la llamada “España vaciada“.
Tanto Magarzo como Bonmatí han coincidido en apuntar que el contexto actual exige cambios logísticos y han pedido a las administraciones colaboración para facilitar que se puedan usar camiones más grandes para abastecer las tiendas, que tengan acceso en horario nocturno y que se faciliten fondos y ayudas para renovar las flotas de vehículos.
“Se acabó la fiesta, las ciudades no pueden crecer como han crecido, y en el transporte de mercancías todavía tenemos un amplio margen de mejora en las cargas y descargas”, ha resaltado el presidente de la Comisión de Transportes, Movilidad y Seguridad Vial de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Alfonso Gil.
Gil, también teniente de alcalde del Ayuntamiento de Bilbao, ha apostado por la tecnología para ganar eficiencia y ha recordado que entre las nuevas exigencias normativas que ya están encima de la mesa se encuentra la de crear zonas de bajas emisiones en las cerca de 150 ciudades españolas con más de 50.000 habitantes.
Fuente: EFEAGRO